¿Un bronceado perfecto? Descubre nuestros secretos
Es posible tener un bronceado "perfecto", es decir, que parezca natural y se adapte a su tipo o tono de piel. Sin embargo, debes ser consciente de que el bronceado es un proceso largo que debe respetar nuestro capital solar. Es limitado y específico de cada individuo.
Un recordatorio de los mecanismos del bronceado y la piel
El bronceado es el mecanismo de defensa de nuestra piel contra la exposición a los rayos UV. Se traduce en un oscurecimiento general de la piel o de una zona localizada: las pecas. Es el sistema de defensa de la piel contra el sol y es posible gracias a la intervención de células especializadas presentes en las capas de la epidermis: los melanocitos y los queratinocitos.
Los pigmentos llamados melaninas son producidos por la síntesis de los melanocitos. Existen dos tipos: eumelaninas y feomelaninas. Estos pigmentos determinan el color de la piel, el pelo y el vello corporal. El nivel de melaninas en la piel difiere de una persona a otra. Esto determinará un color único.
Bajo la acción de los rayos UVA y UVB, el metabolismo celular se acelera para que los melanocitos puedan sintetizar más pigmentos de melanina de lo normal. Como resultado, nuestra piel se vuelve marrón. Cuanto mayor es el nivel de melanina, mejor se adapta la piel al entorno solar. De hecho, la melanina ayuda a filtrar el 90% de los rayos UVB y sólo un pequeño porcentaje de los rayos UVA. Frente a la acción de los rayos UV, las células cutáneas, los queratinocitos, se multiplican para hacer la piel más gruesa, más resistente y sobre todo más fuerte. Esto la hace menos permeable a las radiaciones.
Esto significa que cuanto más bronceada esté, más protegida estará su piel.
Algunos consejos de los tahitianos
Para conseguir un buen bronceado, necesitas tomarte tu tiempo
Ten en cuenta que debes broncearte poco a poco. Hay que tener paciencia. Debes exponerte al sol de forma regular y gradual, a lo largo de varios días. Así evitarás que tu piel se queme. También la protegerá de la sequedad. Todo el mundo es sensible a la radiación UV. Esto se llama fototipo. La piel clara es más sensible al sol. Por eso debes protegerla y utilizar un IP adecuado.
El FPS ayuda a prolongar el tiempo de exposición al sol antes de que se produzcan quemaduras. Sea cual sea el FPS que elijas, debes aplicártelo con frecuencia. Lo mejor es aplicarlo cada hora o después de cada baño. Encontrarás distintos productos protectores en spray, crema, leche, aceite o stick. Dependiendo de tus gustos y de la calidad de tu piel, podrás encontrar varias texturas diferentes.

Comer para broncearse
Es importante recordar que un buen bronceado también depende de lo que comas. La exposición al sol puede ser beneficiosa si sabes moderarla. Pero tiene un inconveniente muy real. Provoca la absorción de radicales libres que favorecen el envejecimiento prematuro de la piel. Para evitarlo, debes favorecer la absorción de alimentos ricos en vitamina C y E, como la fruta de temporada, el brócoli y las espinacas. No dudes en consumir aceite de oliva. No escatimes en alimentos ricos en ácidos grasos como el Omega 3. Todos estos elementos contribuirán a suavizar tu piel y a protegerla de los rayos nocivos del sol.
No olvides beber mucha agua, ya que la hidratación también viene de dentro. No dudes en tomar buenos zumos de frutas y té, que son buenos aliados contra el sol. También debes llenarte de carotenoides para estimular la melanina y vitamina A. Las zanahorias, los tomates, los mangos, los melocotones, los albaricoques, etc. son buenas fuentes de carotenoides. También puedes tomar complementos alimenticios antirradicales ricos en vitamina A. Puedes tomarlos como tratamiento antes de exponerte al sol.
Exfoliación e hidratación: lo que necesitas para enfrentarte al sol
Es necesario exfoliar la piel para evitar que las células muertas se acumulen en una piel gruesa y apagada. Debes exfoliar tu piel bronceada una vez a la semana. Y no olvides nutrir tu piel. Debes hidratarla por la mañana, por la noche y, sobre todo, después de cada exposición al sol. Puedes alternar distintos tipos de productos cosméticos, como cremas, leches, aceites, bálsamos y mantecas. Para conseguir una piel flexible, suave, elástica y con un bronceado duradero, es necesario aportar a la piel tanto agua como aceite. Elige aceites vegetales ricos en vitaminas, omegas y ácidos grasos, como el aceite de monoi o el aceite de leche de coco virgen. Los bálsamos, leches y cremas aportan tanto aceite como agua a la piel. Puedes utilizar bálsamos de monoi, karité o vainilla, así como leches nutritivas.