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Aceite de monoi

Publicado el: 15/05/2019 | Categorías: Los diferentes aceites

El aceite de monoi es un producto ancestral para el cuidado de la piel típico de la Polinesia Francesa. Se elabora desde hace siglos y tiene múltiples usos. Descubra todos los secretos del aceite de Monoï.

El monoi y sus múltiples usos

El monoi es un aceite que se obtiene macerando botones florales de Tiare en aceite de coco. Es, por tanto, un aceite vegetal natural. Siempre ha sido utilizado por los polinesios, pero su fama lo ha hecho popular en todo el mundo.

El aceite de monoi se utilizaba antiguamente para masajear a los bebés. No es alergénico y es extremadamente protector, incluso para las pieles más frágiles. Las mamás tahitianas cubrían el cuerpo de sus recién nacidos con el preciado aceite y los masajeaban, tanto para destensar sus músculos como para proteger su piel del sol y otras agresiones.

Pero los masajes con aceite de monoi también eran muy populares entre los adultos. De hecho, las técnicas tahitianas son ampliamente conocidas y desarrolladas en todo el mundo. El masaje tahitiano es bastante singular, ya que requiere que el practicante utilice tanto las manos como los antebrazos y los codos. Naturalmente, el aceite de monoi se utiliza para relajar los sentidos y aliviar la tensión. Los amantes también utilizan el monoi como aceite sensual.

Existen otras formas de utilizar el monoi, sobre todo en el ámbito de la belleza. Es un aceite extremadamente protector y nutritivo. En otras palabras, regenera la piel dañada o excesivamente seca. Es ideal tras la exposición al sol, o durante todo el año después de la ducha.

En la misma línea, aceite de monoi hidrata en profundidad el cabello dañado, seco, quebradizo, normal e incluso graso. Es la mascarilla ideal para devolver el vigor a su cabello, como las hermosas melenas de los tahitianos.

Hay muchos aceites de monoi diferentes

La verdadera receta ancestral del monoï se basa en aceite de coco virgen en el que fermentan los capullos de flor de tiaré. Sin embargo, por diversas razones, el monoï puede elaborarse con otras recetas. Algunas incluso se han convertido en recetas oficiales de la Polinesia.

Hay casi tantos aceites de monoi como islas en el archipiélago polinesio. Cada familia tenía su propia receta. Hubo un tiempo en que las flores de tiaré estaban reservadas a la nobleza. Sólo las personalidades adineradas de Tahití y el rey podían recogerlas. Así empezaron a diferenciarse las recetas de monoi. Las mamas, que no querían renunciar a sus rituales ancestrales, escogían otras flores para sustituir al tiare.

Algunos han elaborado monoï con flor de frangipani, flor de vainilla, flor de Tamanu o simplemente aceite de coco. Aunque el aceite de monoi suele ser vegetal y natural, algunas preparaciones también incluyen un ingrediente cuanto menos inesperado: Bernard L'Hermite. De hecho, un gran número de recetas tradicionales polinesias de monoï lo contienen.

Resulta que el pequeño molusco tiene un abdomen interesante para acelerar la fermentación del macerado. También se dice que esta parte del cuerpo del cangrejo ermitaño realza la fragancia de las flores utilizadas en el monoi. Cuando la pequeña bestia es más discreta, los tradicionalistas utilizan también cangrejos de playa o chevrettes (gambas diminutas de agua dulce).

Sin embargo, para satisfacer la fuerte demanda del extranjero, ha habido que adaptar la receta del monoï. El monoï que se encuentra en Francia, por ejemplo, no contiene ninguna sustancia de origen animal. Al monoï se le ha concedido una denominación de origen para evitar falsificaciones. El aceite de coco de estos productos se ha sustituido por aceite de coco, y tampoco hay Bernard L'Hermite. Sólo el aceite y los capullos de flor de tiaré.

La sustitución del aceite de coco por el de copra se debe simplemente a su fragancia. El aceite de coco tiende a enranciarse más rápidamente, y para hacer frente a las diversas variaciones de transporte y temperatura, hubo que adaptar la receta tradicional para exportar el producto sin que perdiera sus virtudes y su embriagadora fragancia.

Los beneficios del aceite de monoi

El aceite de monoi es una auténtica invitación a viajar. Su fragancia única sustituye a cualquier fragancia o perfume. Además, como todos los aceites vegetales, el aceite de monoi es muy bueno para la piel. Envuelve la piel en una suave película que la protege de las agresiones externas. El monoi hidrata la epidermis en profundidad, flexibiliza la piel y le da un nuevo soplo de vida. Es un aceite rico que rehidrata todo tipo de pieles, desde las más secas hasta las de los bebés.

No en vano, los tahitianos se embadurnan de este precioso néctar durante todo el año. Protege la piel de la sequedad provocada por el sol, la sal, el viento y la arena. Sin embargo, el aceite de monoi no es un aceite bronceador, ya que no tiene factor de protección solar. Sin embargo, alivia eficazmente las quemaduras solares.

Por último, aplicado como mascarilla, el aceite de Monoï es extremadamente beneficioso para todo tipo de cabellos.

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