Denominado "aceite sagrado", el monoi se utiliza para el cuidado general del cuerpo. Ya sea para el cuidado de la piel, el masaje o el cabello, sus múltiples beneficios se han demostrado a lo largo de miles de años. Producto ancestral en la cultura polinesia, es adecuado para todo tipo de pieles.
Amado por su textura ligera y fluida, pero también por su delicioso y atractivo aroma, ayuda a proteger la piel y el cabello de la sequedad provocada por el sol y las agresiones externas.
Suavizante, suavizante y calmante, tiene un efecto saludable sobre la piel y el cabello. Beneficioso en productos de cuidado capilar para cabellos secos y dañados, ayuda a reafirmar las escamas y ejerce una acción envolvente que esculpe tu cabello.
Su pequeño frasco de 60 ml listo para usar es muy práctico para cuidarse a diario y llevarlo a todas partes. Su deliciosa fragancia de coco te cautivará por un momento de pura felicidad.
USO:
Como tratamiento para después del sol: El Monoï tiene propiedades calmantes. Calma las rojeces y la sensación de quemazón provocadas por las quemaduras solares. Sus propiedades emolientes evitan la eliminación de las capas superficiales de la epidermis y limitan el efecto de descamación de su piel.
Cuidado de la piel: Ideal como aceite de masaje, le ayuda a reconectar con el entorno y la naturaleza gracias a su delicioso aroma a coco, que le guiará hacia el "dejarse llevar". Como tratamiento diario, después de la ducha, para ayudar a su piel a relajarse del calor, dejará su piel suave y refinada.
Como tratamiento capilar: Es un tónico natural para su cabello, devolviéndole toda la vitalidad que se merece. Sus propiedades hidratantes y envolventes le proporcionarán un cabello domado. Gracias a su acción modeladora, notarás una reducción real del encrespamiento y tu cabello recuperará toda su fuerza y vitalidad. Lo mejor es utilizarlo como pre champú en cabellos secos y dañados, una vez a la semana, insistiendo en las puntas. Déjelo actuar durante 3 horas o toda la noche y, a continuación, lave el cabello con un champú suave.
TIKI:
Creada en 1942 en Tahití por Gustave Langy, la marca Tiki es la realización de un sueño: poder ofrecer el mejor monoï, combinando la suavidad y la sutileza de las recetas tradicionales. Los delicados matices del monoï preparado por su madre le arrullaron durante su infancia, y son precisamente estas fragancias las que quiere comunicar al mundo. Tras estudiar distintas formas de reproducir el monoï que siempre ha querido comercializar, ha logrado combinar los conocimientos ancestrales con las técnicas modernas para obtener una fragancia única y un monoï prodigiosamente sedoso.
ADVERTENCIA:
Algunas personas utilizan el monoï como acelerador del bronceado, pero este producto no tiene filtros solares y, por lo tanto, no protege de los rayos UVA y UVB. Por lo tanto, le aconsejamos que utilice un producto de protección solar adaptado a su tipo de piel y con factor de protección solar.
El monoï sólo debe utilizarse externamente sobre la piel.
Se desaconseja la exposición al sol cuando hace calor, especialmente a los niños y a las mujeres embarazadas.