El término "Monoï" puede traducirse como "aceite sagrado", y los polinesios lo utilizan desde muy pequeños como un auténtico secreto de belleza, asociándolo a todas sus ceremonias y ritos.
Obtenido macerando flores frescas de Tiaré en un fino aceite de coco, el Monoï de Tahití es un aceite precioso por excelencia, adecuado tanto para el cuerpo como para el cabello.
Es el aceite más utilizado por los polinesios desde la noche de los tiempos. Este aceite es un "must-have" en el sector del cuidado corporal y capilar. Este secreto de belleza tradicional, que nos ha dado la naturaleza, puede utilizarse para cuidar todo el cuerpo. Tanto para el cabello como para la piel, los beneficios de este aceite son múltiples.
Su inconfundible fragancia evoca las vacaciones y las cálidas playas de arena de las bellas islas de la Polinesia. Déjese transportar por sus deliciosas fragancias.
USO :
Masaje: Muy utilizado para masajes, es el aceite relajante por excelencia. El Monoï le permite desconectar por completo para disfrutar de un momento de puro placer
Como tratamiento para después del sol: Su acción naturalmente nutritiva evitará que su piel se despegue en caso de quemaduras solares. El Monoï rehidrata su piel después de haber estado sometida a la sequedad del sol y a la sal del mar.
Cuidado de la piel: El Monoï ejerce una acción hidratante inmediata y duradera sobre las capas externas de la piel. Para aprovechar al máximo sus propiedades, aplíquelo directamente sobre la piel ligeramente húmeda después de la ducha. Su piel se sentirá inmediatamente suave como la seda e hidratada.
Cuidado capilar: Ideal para cabellos secos, suaviza y regenera el cabello. Su cabello estará más fuerte y brillante. Las escamas del cabello se tensan, lo que reduce el encrespamiento y recubre el cabello. Para el cabello seco, se recomienda utilizarlo una vez a la semana. Basta con aplicar un poco de aceite en los largos y puntas secos durante 30 minutos o 2 horas. Si es necesario, lavar con champú para eliminar el exceso de aceite.
TIKI :
Creada en la Tahití de los años 40 por Gustave Langy, la marca Tiki es la realización de un sueño: poder ofrecer el mejor monoï, combinando la frescura y la sutileza de las recetas tradicionales. Los delicados matices del monoï preparado por su madre arrullaban su infancia y eran precisamente estas fragancias las que quería ofrecer al mundo. Tras estudiar diferentes formas de reproducir el monoï que siempre ha querido comercializar, ha logrado combinar el saber hacer ancestral y las técnicas modernas para obtener un monoï prodigiosamente sedoso.
PRECAUCIÓN :
Algunas personas utilizan el monoï como acelerador del bronceado, pero este producto no tiene filtros solares y, por lo tanto, no protege de los rayos UVA y UVB. Por ello, le aconsejamos que utilice un producto solar con un factor de protección solar adaptado a su tipo de piel. Puede consultar a un médico para que diagnostique su tipo de piel.
Se desaconseja la exposición al sol cuando hace calor, especialmente a los niños y las mujeres embarazadas. El monoi sólo puede aplicarse externamente sobre la piel.